Una oficina prepara a la industria local para acceder a parte de la gran tarta de 400 millones en contratos que ya tiene en marcha Ifmif-Dones

Dos de las empresas que aspiran a trabajar en el acelerador de Granada. Pepe Marín
La gran industria de la ciencia siempre se había visto muy lejana desde los polígonos de Juncaril o Asegra. Pero eso era antes. Algo muy grande, con capacidad para transformar la economía, está pasando ahora en Granada. La construcción del mayor laboratorio científico de España, el acelerador de partículas del proyecto internacional Ifmif-Dones en la Citai de Escúzar, abre a las pymes granadinas un mundo de oportunidades de negocio que no se habían planteado en su vida y una privilegiada puerta de entrada a la gran industria de la ciencia, que mueve más de 40.000 millones de euros anuales a nivel mundial.
La construcción del macrolaboratorio que estudiará los materiales necesarios para los futuros reactores de energía de fusión –físicamente, las obras empezarán en 2026– requerirá todo tipo de servicios y componentes, muchos de ellos de alta tecnología e inexistentes en el mercado, pero también otros que producen ya las empresas granadinas, que tienen que estar preparadas para no dejar escapar este tren.
Para el propio Consorcio Ifmif-Dones España era importante contar con una industria cercana que les ayude en los próximos años, tanto para la construcción como para la futura operación y mantenimiento de la instalación. De ahí que uniera fuerzas con el tejido empresarial local para encontrar a estas empresas, prepararlas y crear en Granada un verdadero ecosistema industrial ligado al sector de la gran ciencia.
La herramienta que están utilizando para conseguirlo es la Industry Office, impulsada por Ifmif-Dones España, la Universidad de Granada, el Instituto de Astrofísica de Andalucía-CSIC, Cámara Granada y la Asociación Española de la Industria de la Ciencia, INEUSTAR. La iniciativa, que se formalizaba este mes de enero después de dos años de trabajo previo, está ya capacitando y formando a las empresas granadinas para que puedan ser parte de consorcios que den la batalla por los contratos que lanzará el Ifmif-Dones. La Industry Office, que físicamente está en la sede de Cámara Granada, ha dado ya pasos muy importantes: el primero localizar a potenciales proveedoras granadinas de servicios o componentes para el acelerador, a las que, en muchos casos, ni se les había pasado por la cabeza trabajar para una infraestructura científica.
Entusiasmo
«Tenemos ya perfectamente mapeadas a medio centenar de empresas granadinas de muy distintos perfiles, desde compañías grandes del sector industrial o tecnológico a spin off y pymes que podrían prestar servicios para el acelerador y van a postularse», explica entusiasmado el responsable de Innovación de Cámara Granada, Roberto Álvarez, que junto con el equipo de la Industry Office ha visitado muchas de ellas, una a una. Están orgullosos porque aunque la mayoría no tiene la ciencia en su foco actual de negocio, están siendo muy proactivas y están viendo la gran oportunidad que suponen estos contratos millonarios.
«Hay que acercar a las empresa a la industria de la ciencia porque no es solo Ifmif, luego van a estar capacitadas para trabajar en un sector de alto valor»
Roberto Álvarez. Responsable de Innovación de Cámara Granada
«Las empresas de Granada no estaban en la órbita de la industria de la ciencia y hay que acercarlas porque no es solo Ifmif, que es la puerta de entrada, luego van a estar capacitadas para trabajar para un sector de alto valor añadido. España es ya el segundo país que más contratos está ganando para el proyecto Iter (el reactor de fusión experimental que se construye en Francia) que tiene un presupuesto de 30.000 millones de euros y las empresas de Granada tienen que estar ahí», insiste.
Desde la oficina les informan de cómo se trabaja en este campo, de los servicios específicos que va a necesitar el acelerador y las apoyan y animan para que acudan a foros internacionales del sector. Y no es una apuesta solo de futuro, sino de presente. Según explican desde la Industry Office, en estos momentos el Ifmif-Dones está moviendo contratos por valor de 400 millones de euros, entre los que ya se han licitado y los que se van a lanzar en el próximo trimestre. «Las empresas granadinas demuestran que son muy valientes. Les hemos lanzado el guante y lo están cogiendo», concluye Álvarez.
La empresa que trabaja para la ‘Nasa alemana’ y nunca fabrica lo mismo dos veces
Rodama es una de las industrias granadinas que se postula para trabajar para el acelerador: «Si hemos llegado hasta aquí es porque no tenemos miedo a crear lo que no existe»

Distintos profesionales trabajando en las instalaciones de RODAMA. Pepe Marín
En esta empresa, con más de tres millones anuales de facturación y una plantilla de 42 profesionales –la mitad ingenieros– nunca se aburren porque no fabrican lo mismo dos veces. Un perfil que la Industry Office ha detectado como una empresa idónea para poder trabajar para el acelerador. Además, en Rodama ya tienen experiencia con el mundo de la ciencia. Forman parte de un consorcio de la Comunidad Europea, en el que están el Instituto de Astrofísica alemán y la Universidad de Évora, para fabricar un sistema de seguimiento para las placas solares junto a ocho empresas de seis países. También han fabricado para el Instituto de Astrofísica parte de las lentes que usan en radiotelescopios.
La siguiente parada es el acelerador. «Al tener un grado de radioactividad altísimo no puede haber manipulación humana dentro del acelerador. Todo tiene que hacerse mediante robótica y los robots actuales no aguantan la radioactividad, por lo que habrá que diseñar esos sistemas automáticos que no están inventados… Es nuestra especialidad», sonríe Antonio Rodríguez.
«No hemos trabajado nunca para aceleradores pero estamos deseando. ¡Tenemos que estar ahí dentro! Si hemos crecido es porque cuando nos pidieron lo que no teníamos, creamos un departamento para inventarlo. Hemos llegado hasta aquí porque no tenemos miedo», concluye.
La compañía granadina que mide el tiempo en los aceleradores y la Bolsa de Chicago
Ubicada frente a la Facultad de Informática y Telecomunicaciones, Safran es una de las líderes mundiales en tecnología ‘white rabbit’ que marca al subnanosegundo

Distintos profesionales trabajando en las instalaciones de RODAMA. Pepe Marín
El Ifmif-Dones ha abierto un mundo totalmente nuevo para las empresas de Granada, sin embargo, hay una en concreto para que el universo de los aceleradores es su día a día. De hecho lleva años trabajando para estas instalaciones de todo el mundo como el Ifmif-Dones de Japón, el Alba de Barcelona, el UKRI en Reino Unido, el CEA en Francia, el ESS de Suecia o el CERN de Suiza. La empresa de Granada que más sabe de aceleradores es Safran, la antigua Seven Solutions, que cambió su nombre hace dos años cuando la compró esta multinacional francesa del sector aeronáutico.

Parte del equipo de Safran en Granada. Pepe Marín
Son líderes en el uso la tecnología ‘white rabbit’, que coge su nombre del famoso conejo blanco que corría porque llegaba tarde al País de las Maravillas. Es una nueva tecnología de comunicaciones y sincronización con una exactitud temporal extremadamente precisa. «Si el reloj de tu muñeca te manda segundos, nosotros llegamos por debajo del nanosegundo», apunta Gil. Esta tecnología surgió de la industria de la ciencia, del acelerador más grande del mundo, el CERN, y está muy ligada a este mundo, ya que se utiliza para controlar experimentos realizados con partículas.
Pero además de los aceleradores, en Safran tienen clientes de otros numerosos campos donde medir el tiempo es crítico, como las finanzas. «Aportamos esta tecnología para la Bolsa de Madrid, la de Chicago, la de Frankfurt… En bolsa es muy importante medir el momento exacto de una transacción, ya que de ello puede depender la ganancia o la pérdida de grandes sumas de dinero, nosotros ponemos marcadores de tiempo a todos los datos para discernir qué transacción es la que gana», esgrime.
Ubicada frente a la Facultad de Informática y Telecomunicaciones, de cuyo talento se nutre y por el que apuesta, Safran está muy ligada a Granada. Por eso la posibilidad de trabajar para el Ifmif-Dones les motiva especialmente y es por ello que han participado activamente en su candidatura a la ciudad, desde los propios inicios del proyecto.
«Nos hace ilusión el proyecto Ifmif-Dones, sería motivador e interesante poder trabajar a menos de 20 kilómetros. Nos sentimos muy de Granada y el 90% de los empleados de la oficina son de aquí. Estamos preparadísimos para competir por prestar servicios y abiertos para colaborar con industrias granadinas porque los contratos que saldrán en Dones son muy grandes y habrá que ir en consorcios», concluye.